lunes, 12 de noviembre de 2012

Clonar animales salvajes. Huída hacia el vacío


El anuncio sobre el comienzo de programas de clonación de animales salvajes hecho porBrasil, abre la página de un capítulo que ya estaba escrito hace tiempo pero que nadie se estaba atreviendo a firmar.

La razón y argumento básico, evitar la desaparición de especies es rotundo y casi irrebatible. Pero no es ese el tema, en el mantenimiento de la biodiversidad estamos todos de acuerdo.

Y en que los avances tecnológicos deben aprovecharse para grandes causas también. Los métodos y procedimientos están absolutamente testados. Completar bancos de genes, generar inmunidad ante enfermedades y ser capaces de motivar nacimientos de animales y plantas de manera asistida, los cuales no hubiesen podido producirse de manera natural, son hechos que hace apenas unos años eran ciencia ficción y hoy una realidad diaria para muchos.

La cuestión está en elegir la mejor vía posible para la conservación. Y para mi, la opción aún válida hoy es la de la conservación de los ecosistemas de manera integral, es decir, poner en acción las medidas necesarias que permitan que la vida siga abriéndose paso por sí sola como lo lleva haciendo miles, millones de años. 

Porque ponerse a clonar animales, primero para los proyectos de investigación, después para los zoos y por último para liberarlos supone, de manera implícita claudicar ante la pérdida de masa forestal, el furtivismo las actividades agresivas con el medio natural y el deterioro general del planeta.

No tardarán en aparecer mecenas de proyectos de clonación, normalmente los mismos que, por otro lado necesitan utilizar los recursos naturales para obtener los fondos y beneficios que después maquillarán con donaciones a proyectos de ese tipo. Es fácil imaginar a papeleras, petroleras, metalúrgicas y laboratorios esponsorizando la clonación de jaguares, quetzales o delfines rosados.

Y abierta la brecha, el efecto llamada, el efecto imitación está servido. Decenas de países en todos los continentes tendrían en esta fórmula un potencial impresionante para captar fondos económicos y turismo después. Eso sí, y para poner un poco de ironía, ya no tendría sentido hablar de mercado negro de marfil, dientes, pelos, plumas, huevos, pieles, huesos, estarían a disposición según demanda.

No, la clonación no es la receta para la conservación. Me parece una pésima noticia que un país emblema de biodiversidad tome ese camino. Que convirtamos el mundo primero en un gran laboratorio, después en un gran invernadero me parece que es uno de los grandes motivos de tristeza de los últimos años.

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