sábado, 16 de septiembre de 2017

Ratonera



Isla cristina esta carente de infraestructuras básicas. Todos lo sabemos. Algunos trabajan para mejorarlas. Casi nadie parece asumir la urgencia.

Las vías de acceso y salida del puerto pesquero y todo el tráfico pesado que transita diariamente es un engorro para los vecinos y una lastra en la competitividad de la industria pesquera y marisquera.

Para el turismo es una incomodidad, haciendo que el destino quede muy fuera del trasiego de corta distancia y desde luego de las rutas de paso hacia cualquier sitio. Ser punto final de la ruta puede ser un atractivo o un talón de Aquiles. La estrategia turística desde luego no está haciendo de ello una oportunidad.

Aún así, el principal problema y riesgo es para los ciudadanos y residentes. Un casco urbano con más de 15.000 habitantes permanentes y 50.000 en muchos momentos del periodo estival tiene tan solo dos carriles de salida. Uno hacia Pozo del Camino (travesía) y otro hacia La Redondela-Islantilla (travesía).

No hace falta pensar en ninguna situación de emergencia para exigir encarecidamente a las autoridades que revisen, actualicen, supervisen y engrasen los planes de evacuación.

La tarea que hay puesta con las infraestructuras requiere de los mejores políticos que sean capaces de captar el presupuesto para mejorarlas con la máxima celeridad y de los mejores ingenieros que mejoren la competitividad y habitabilidad de Isla Cristina respetando el entorno y el patrimonio natural, donde reside la oportunidad y el valor. No podemos permitirnos otro error histórico como el cometido con el espigón.

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